ULTRADERECHA SE DESESPERA


Por: Sinesio López Jiménez

Siguiendo las indicaciones de las encuestas, la ultraderecha y García han decidido apoyar a Castañeda y sacrificar a Fujimori para enfrentar la segunda vuelta con Toledo en mejores condiciones. Para ganar mañana, sin embargo, Castañeda tiene que triunfar ahora. En esto radica el problema que desespera a García y a la ultraderecha. ¿Podrá Castañeda enfrentar este enorme desafío?

¿Logrará García, el gran estratega de la campaña del ex alcalde de Lima, superar la racha de derrotas políticas que ha venido sufriendo en estos últimos tiempos? Mi hipótesis es que Castañeda va a fracasar y que García nuevamente será derrotado. El capitán ha perdido la brújula y navega con viento en contra.

Lo nuevo de las últimas encuestas es el avance de Ollanta. En eso coinciden todas ellas, incluidas las encargadas y pagadas por la ultraderecha (que no puede ver a Ollanta ni en pintura). Las encuestas revelan también un estancamiento de Toledo (quien sigue ocupando el primer lugar con el 28%, aunque baja seis puntos en Lima), de Fujimori (en el segundo lugar con el 21%) y de Kuczynski (en el límite de la valla electoral) y el desmoronamiento de Castañeda (con el 17%, aunque CPI le da 20,2%). La fuerza de Toledo es más rural (39%) que urbana (27%), pero es pareja en todas las regiones y en todas las clases sociales. Es un candidato pluriclasista, lo que lo hace aparecer como un candidato de todos los peruanos, a pesar de su programa de centroderecha.

La fuerza de Fujimori es también homogénea en el ámbito urbano (21%) y rural (22%), en las regiones (con alrededor del 24%), salvo en la región sur que es su talón de Aquiles (15%), pero su voto duro está en los sectores populares y pobres. Castañeda es un candidato limeño (22%) y urbano (16%), pero tiene varios puntos débiles: el campo (11%) y todas las regiones (alrededor del 14%). Sus bases sociales son mesocráticas y populares urbanas. Su llegada a los pobres (16%) y muy pobres (9%) es poca y deleznable. La fuerza actual de Ollanta (a diferencia del 2006) es pareja en el ámbito urbano (15%) y rural (14%), pero es desigual en las regiones y en las clases sociales. Su bastión regional es el sur y sus bases sociales son las clases populares, pobres y muy pobres; con un tímido avance en las clases medias. Kuczynski es el candidato de los ricos que viven en Lima y en Eisha.

¿Podrá superar Ollanta a Castañeda y disputarle a Fujimori su pase a la segunda vuelta?. Mi hipótesis es que, ahora que escribo este pequeño análisis, Castañeda está sintiendo un viento ollantista que pasa de largo por su costado y Keiko va a sentir pronto un amenazante soplo en la nuca. Según las últimas encuestas, Ollanta ya lo pasó en varias regiones. Se está configurando ya el escenario de confrontación entre la derecha y la izquierda. ¿Qué van a hacer García y la ultraderecha cuando Castañeda no dé más y tire la toalla o sus potenciales electores lo abandonen? Muchas cosas desesperadas, entre ellas volver a Fujimori, impulsarla con todas sus fuerzas, desplegar una dura contraofensiva contra Ollanta, volver a la guerra sucia del 2006 y, si no logran sostener a Fujimori para que pase a la segunda vuelta, respaldar a Toledo arrastrando los pies en la segunda vuelta.

¿Qué explica el ascenso lento pero sostenido de Ollanta?. Varias cosas. La primera, Ollanta está cosechando la reivindicación nacional frente al cipayismo, al entreguismo y a la guerra sucia de la derecha, la ultraderecha y los poderes fácticos para impedir su acceso al poder en el 2006. La segunda, Ollanta está ahora desplegando una campaña inteligente en los medios y en la calle, campaña que llega a la gente. Sus ofertas electorales comienzan a engarzarse con las demandas de los ciudadanos de las clases populares y medias. La tercera, Ollanta ha logrado combinar una cierta racionalidad con la ira de los ciudadanos. En el no tan cálido clima electoral, es el que más pasiones despierta en los de abajo.

(Publicado en el Diario La República el 4 de mazo de 2011)

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