El Tribunal Supremo integrado por los vocales doctores César San Martín, Víctor Prado Saldarriaga y Hugo Príncipe Trujillo, luego de hallar culpable de los delitos de Homicidio Calificado, Lesiones Graves y Secuestro Agravado al acusado Alberto Fujimori Fujimori, le impuso una condena de 25 años de pena privativa de libertad.
Y no nos debemos alegrar que el ex “todopoderoso” presidente vaya a parar con sus huesos a la cárcel, si no porque se ha hecho justicia, aquí en el Perú al que él trató como si fuera su chacra y que lesionó los derechos de la humanidad.
Debemos destacar que es la primera vez en el mundo que se condena a un ex presidente, elegido democráticamente, en los tribunales de su propio país por delitos cometidos durante su período de mandato. Amnistía Internacional considera la sentencia como un "hito" en la lucha contra la impunidad.
En el mismo sentido, Mario Vargas Llosa, que fuera derrotado por Fujimori en las presidenciales de 1990, declaró a la “La República” que la sentencia servirá como "vacuna contra futuros dictadores y golpes de Estado".
Pero, lo más importante de todo, es que ésta condena “libera” a todos los peruanos del estigma de ser “unas gallinas” incapaces de juzgar y condenar a un dictador por los delitos y tropelías que cometieron cuando tuvieron todo el poder en sus manos y que lo usaron para hacer daño al país y ricos sus bolsillos.
Además, “libera” también a un Poder Judicial asustadizo e injusto que él uso como instrumento maligno contra todo el que tenía la osadía de enfrentarlo. Desde el martes 7 de abril, los peruanos nos sentimos mas libres y mas capaces para jamás permitir los atropellos a los que están acostumbrados los poderosos.
* Secretario de Prensa y Comunicaciones de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y del Sindicato Unitario de Trabajadores de Telefónica del Perú S.A.A. (SUTTP)
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