Diversos representantes de los sectores conservadores han criticado (como critican siempre cualquier cuestionamiento al modelo neoliberal) el retiro de la CGTP del Acuerdo Nacional, foro que estableció 31 políticas para propiciar el desarrollo del país que serían respetadas por los gobiernos de turno. A seis años de dicho compromiso, ninguna se ha cumplido.
Uno de los firmantes fue Alan García, por el Partido Aprista, y hoy en el poder se burla de sus electores y de las esperanzas de los ciudadanos que creyeron en sus ofrecimientos de campaña, las actas firmadas y los compromisos asumidos. Por supuesto, los mismos que critican a la central se quedan callados, ante tales actos anti-democráticos del Presidente.
La CGTP, siendo consecuente con sus principios, no puede seguir avalando un espacio de diálogo sin soluciones que se ha convertido en una tribuna de buenas intenciones sin ninguna posibilidad de influir en la vida cotidiana del 98% de la población, excluida de los beneficios del crecimiento económico y perjudicada por el alza de los precios de los alimentos, la falta de empleo, los bajos salarios, la corrupción y la inseguridad ciudadana.
Sólo basta mencionar que uno de los acuerdos es elevar al 6% del PBI el presupuesto educativo, que en la actualidad no llega ni al 3%, por falta de voluntad política, siendo lo único realizado por García la promulgación de normas para debilitar a las organizaciones sociales del sector, con el fin de imponer la municipalización y posterior privatización de la educación pública.
Otro de los acuerdos incumplidos es propiciar la generación de empleo pleno, digno y productivo.
Otro de los acuerdos incumplidos es propiciar la generación de empleo pleno, digno y productivo.
La central ha denunciado los miles de despidos de sindicalizados, la persecución judicial a los dirigentes y la disminución de derechos a través de los denominados “Decretos Regresivos”, como el 1057 (que legaliza el trabajo precario de los servidores públicos que laboran por SNP) y el 1086 (Ley Mypes, que amplía el recorte de beneficios laborales en empresas de hasta 100 trabajadores) para citar algunos ejemplos. ¿Algún conservador dijo o dice algo? Ninguno.
La decisión de nuestros delegados coincide con las justas demandas de un país cansado de reuniones protocolares, actos simbólicos y discursos políticos inútiles que no cambian la vida de las personas. Respetamos y defendemos el diálogo, siempre que sea vinculante y resuelva los verdaderos problemas de los peruanos y peruanas. Lamentablemente el Acuerdo Nacional perdió la oportunidad de serlo.
FUENTE: LA PRIMERA (29-08-08)
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