Por: José Centurión Ruiz (*) Hace 40 días que la selva peruana y sus habitantes viven una lucha desigual en contra de los decretos ilegales aprobados por el Ejecutivo y ratificado por su genuflexo congreso, y para la mayoría de peruanos pareciera que no pasara nada, ya sea por falta de información de los medios periodísticos y televisivos que no informan absolutamente nada, o por la poca importancia que le damos a los problemas de nuestros hermanos selváticos.
Y esta falta de información se debe al hecho de que se pretende, de acuerdo al programa de “El perro del hortelano” del presidente García, rematar la selva peruana al mejor postor y al que deje mas dividendos a los vendedores, en nombre de una modernidad que nadie entiende pero que tampoco discute.
Primero, los decretos firmados por García que ponen a la venta las tierras de las comunidades nativas, son ilegales e inconstitucionales porque se dieron en el marco de la implementación del TLC con los Estados Unidos, pero poco o nada tienen que ver con el mismo.
Segundo, de acuerdo al Convenio 169 de la OIT que ha sido ratificado por el Congreso peruano es vinculante por estado peruano, y expresa claramente que cuando se dicten normas o decretos que afecten a los pueblos nativos, estos deben ser consultados mediante procedimientos apropiados a través de sus organizaciones representativas.
Tercero, el presidente García señala que “esas tierras son de todos los peruanos”, pero olvida que allí viven los nativos desde hace miles de años, mucho antes de la invasión europea a tierras americanas; por lo tanto, son sus legítimos dueños.
Cuarto, la “modernidad” del neoliberalismo, no es otra que el aprovechamiento de los recursos naturales de los países pobres en beneficio del gran capital y de algunos ricos nacionales, sin importarles el perjuicio a que serán sometidos los bosques, los ríos, la biodiversidad y, principalmente, su población. El gran negociado de la venta de nuestros recursos.
Si analizamos con un poco de celo el papel que cumplen muchos periodistas de opinión, la prensa amarilla y políticos de casi todas las bancadas, podremos observar que hacen un coro monocorde a favor de la venta de la selva peruana. De igual forma, no se escucha el reclamo de los presidentes regionales ni de los frentes de defensa de las regiones afectadas.
Y ello tiene una razón de peso, todos aspiran a “ganarse alguito”, no en la venta, si no en lo relativo al canon y a los servicios que puedan ofrecer a las empresas extranjeras que invadirían la selva y sus ciudades vecinas de no detener este negociado a nombre de la “modernidad”. No es el amor al chancho si no a los chicharrones.
Los peruanos de bien y los trabajadores no podemos aceptar que seamos invadidos por la codicia de algunos que quieren morir ricos a expensas de grandes negociados que se hacen con nuestros recursos. Tenemos la obligación moral de alzar nuestra voz en contra esta patraña y embuste. Esto no es “nacionalismo” señores, sólo es defender nuestras tierras de los piratas y corsarios modernos.
(*) Responsable del Dpto del Prensa y Comunicaciones de la CGTP
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